- 1971 - Los Fusiles de La Patria Vieja
Por Roger Mirza.
Los fusiles de la patria vieja (sobre Los fusiles de la madre Carrar) por Teatro Circular en versión libre y dirección de Omar Grasso se estrenó el 28 de octubre de 1971.
El director traslada la acción que, en el texto de Brecht (Los fusiles de la madre Carrar) se desarrollaba en la Guerra Civil Española, al Maldonado de la Cisplatina, en una “verdadera tarea de recreación del original que supone un minucioso trabajo de investigación histórica y reeescritura de buena parte del texto” con desdoblamiento de personajes y otros agregados que “funcionan teatralmente con total eficacia y fluidez” y que resultan “un cuadro de puntual aplicación a la coyuntura presente (la oligarquía entreguista, la sujeción a un imperio, la intervención -o su amenaza- por parte de los brasileños, etc...), como señala Fernández, para quien “el mayor atractivo de la puesta en escena radica en la alternancia de dos repartos y en la intercambiabilidad de sus integrantes” por las múltiples “variantes” que introducen sus combinaciones y “las resonancias diferentes que adquiere (...) la letra con sus sutilezas de signifcaciónes” (Gerardo Fernández, Marcha, 5 de noviembre de 1971, p. 25).
Esos desdoblamientos adquieren su mejor logro en las dos actrices que hacen alternativamente el personaje protagónico de la madre: “Dahd Sfeir pulsa la cuerda trágica en una composición muy trabajada (…) y alcanza una estatura formidable particularmente en los tramos finales, (…) en la plenitud de sus medios técnico-dramáticos”, Violeta Amoretti aborda al personaje “en su vertiente más cálida más reconocible y cercana a nuestras coordenadas sensibles, sobre todo en la primera parte, con hallazgos de penetración realmente sorprendentes y una sostenida emoción a flor de piel que se contagia al resto del elenco” (Gerardo Fernández, Marcha, 5 de noviembre de 1971, p. 25).
Para concluir, con una postura crítica ajustada al contexto histórico y político del país, que el espectáculo resulta: “Una eficasísima arma de lucha (...) porque está realzada con todos los rigores del caso y porque la urgencia acuciante del mensaje no posterga nunca el imperativo estético” (p. 5).
Además de las funciones habituales en la sala del Teatro Circular, el espectáculo se presentó en diversas locales, como el salón de actos de la Facultad de Arquitectura, la Facultad de Ingeniería, el cine Punta Gorda, el cine Nuevo París, el Club Defensor de Maroñas, también en sindicatos, centros de estudiantes y varios comités de barrios en Montevideo y en el interior del país (Ver Marcha, 5 de noviembre de 1971).
Ya en 1968 Carlos Aguilera con Grupo 68, un elenco joven nacido ese año, pone en escena Los fusiles de la madre Carrar, en una sala de la calle Maldonado Nº 1194). La obra marca el nacimiento de un nuevo grupo que se inicia con este estreno.
Se trata de una pieza en un acto, cuya acción alude a un episodio de la guerra civil española la caída de Málaga y el éxodo hacia Almería bajo bombardeo de la aviación italiana y alemana, en Andalucía. Madre Carrar es una viuda que, igual que madre Coraje, se resiste a que sus dos hijos participen en la lucha, pero estos no quieren renunciar a sus convicciones políticas y militan en frentes contrarios para desesperación de la madre.
La violencia de los acontecimientos la llevan al frente de batalla donde uno de sus hijos muere. La tragedia de España se vuelve su propia tragedia.
Según Francisco Chica, profesor malagueño, se trata de una “pieza teatral en un solo acto, escrita para los voluntarios alemanes de la guerra de España” en su reciente libro sobre las referencias literarias a la Guerra Civil de Málaga, titulado "Arcadia en llamas. República y guerra civil en Málaga, 1931-1937".
Chica reproduce algunos fragmentos del texto de Brecht, cuyo inicio remite a esas familias del litoral que vivieron ante sus ojos aquella desbandada. No en vano, en el arranque de la obra se lee lo que sigue: «Un día de abril de 1937 en una casa de pescadores andaluces. En un rincón de la habitación blanqueada, un gran crucifijo negro. Teresa Carrar, mujer de pescador de cuarenta y tantos años, está cociendo pan. Junto a la ventana abierta, José, su hijo de quince años, está tallando un taco para las redes. Lejano retumbar de cañones».
