- 1963 - El Alma Buena de Sechuan
Por Roger Mirza.
En 1963 se estrena El alma buena de Se Chuan (el 25-10-63) por Club del Teatro, con dirección de Roberto Fontana.
El espectáculo plantea en forma dialéctica la imposibilidad de separar el bien del mal. Los dioses buscan entre los humanos un alma buena y llegan hasta China donde la única que acepta recibirlos es Se Chuan, una prostituta que recibirá como recompensa un dinero y el mandato de seguir siendo buena. Se Chuan invertirá el dinero en un negocio pero tendrá dificultades para tener éxito en él y ser buena al mismo tiempo. Ante la imposibilidad de conciliar ambas cosas y para salvar su negocio de la ruina debe desdoblarse en un hombre astuto, calculador implacable y exitoso en el comercio y al mismo tiempo ser la buena, tolerante y compasiva Se Chuan, quien deberá revelar su identidad al final ante la justicia.
El espectáculo resultó bien construido con “cierta delgadez en la fábula y moraleja”, y un elenco que debió ser más sólido, según Marcha, aunque “alcanza un nivel muy poco común en el teatro de todos los días” (Cartelera, 1º de noviembre de 1963, p. 27).
Mario Benedetti destacará la actuación de Nelly Goitiño con una “composición sin fallas “, una “admirable ductilidad y una lúcida compenetración con el personaje”. (La Mañana, 30 de diciembre de 63, p. 10, Citado en Mario Benedetti, Notas perdidas, sobre literatura, cine, artes escénicas y visuales, 1948-1965. Tomo III, Investigación de Pablo Rocca, p. 217).
El espectáculo plantea en forma dialéctica la imposibilidad de separar el bien del mal. Los dioses buscan entre los humanos un alma buena y llegan hasta China donde la única que acepta recibirlos es Se Chuan, una prostituta que recibirá como recompensa un dinero y el mandato de seguir siendo buena. Se Chuan invertirá el dinero en un negocio pero tendrá dificultades para tener éxito en él y ser buena al mismo tiempo. Ante la imposibilidad de conciliar ambas cosas y para salvar su negocio de la ruina debe desdoblarse en un hombre astuto, calculador implacable y exitoso en el comercio y al mismo tiempo ser la buena, tolerante y compasiva Se Chuan, quien deberá revelar su identidad al final ante la justicia.
El espectáculo resultó bien construido con “cierta delgadez en la fábula y moraleja”, y un elenco que debió ser más sólido, según Marcha, aunque “alcanza un nivel muy poco común en el teatro de todos los días” (Cartelera, 1º de noviembre de 1963, p. 27).
Mario Benedetti destacará la actuación de Nelly Goitiño con una “composición sin fallas “, una “admirable ductilidad y una lúcida compenetración con el personaje”. (La Mañana, 30 de diciembre de 63, p. 10, Citado en Mario Benedetti, Notas perdidas, sobre literatura, cine, artes escénicas y visuales, 1948-1965. Tomo III, Investigación de Pablo Rocca, p. 217).
